• Los síntomas son fiebre, pequeñas aftas orales, ampollas en las manos y pies, e incluso en las nalgas.
  • En las últimas semanas se ha registrado un incremento de los casos, aunque su curso es benigno.

Hay numerosos factores que preocupan a los padres respecto al cuidado de sus hijos, sobre todo cuando hablamos de enfermedades de las que desconocen su importancia y cómo deben actuar frente a ellas. Un buen ejemplo es la ‘Enfermedad boca, mano, pie´, una enfermedad vírica, benigna, y que en raras ocasiones presenta complicaciones, a pesar de la incomodidad de sus síntomas.

“En las últimas semanas hemos tenido muchos brotes, a pesar de que se trata de una patología más propicia de épocas primaverales y estivales”, explica la Dra. Irene Alías, pediatra de Hospital Mediterráneo, para quien “la causa puede ser el buen tiempo que se ha extendido hasta principios de noviembre, o también por la vuelta al cole donde el continuo contacto con otros niños es el caldo de cultivo idóneo para este tipo de patologías”.

Dra Irene Alias

La deshidratación del niño es lo más peligroso de este virus”, explica Dra. Irene Alías, pediatra de Hospital Mediterráneo

Los más pequeños son los más expuestos al virus

Aparece con más frecuencia en niños pequeños, sobre todo al acudir a la guardería, dónde es más propenso el contagio. “Los síntomas normalmente empiezan con fiebre, continuado de pequeñas aftas orales, ampollas en las manos y pies, e incluso en las nalgas”, describe Irene Alías, y aclara que “el contagio ya se ha producido a través de las vías respiratorias, la saliva o los fluidos, antes de la aparición de los síntomas, durante el periodo de incubación de 3 a 6 días”.

No es común el contagio en adultos, “ya que estamos inmunizados al tratarse de una patología de la infancia, sin embargo, si alguien no la ha pasado en su niñez, sí que es posible el contagio. Podemos compararlo, aunque de menos gravedad, con la varicela”, afirma la pediatra de HLA Mediterráneo.

Se trata de una enfermedad más molesta que grave

El agravamiento del cuadro clínico raramente se presenta, y la Dra. Alías garantiza que “las complicaciones son muy poco frecuentes, no conocemos ningún caso grave en nuestra provincia”, salvo las molestias propias de la fiebre que, aunque es común, puede no aparecer,. El virus, que suele durar una semana, puede provocar además dejar de comer debido a las lesiones producidas en la boca por las aftas orales, con el consecuente riesgo de deshidratación, que puede ser la causa de la hospitalización del niño”, concreta la especialista.

El diagnóstico ágil de la ‘Enfermedad boca, mano, pie’ no evita sus síntomas y, en el caso  de ser necesario un ingreso, que suele durar entre 2 y 3 días, el tratamiento consiste en dar suero intravenoso al paciente para mantener al paciente hidratado, además de calmar las molestias de la boca con geles hasta que puedan comer nuevamente, momento en que el pequeño podrá regresar a casa.

Poco tratamiento y mucha prevención

“Al tratarse de una enfermedad vírica no tiene tratamiento en sí”, afirma la doctora y alega que “simplemente aliviamos los síntomas con antitérmicos para la fiebre y clorhexidina para la erupción cutánea que, aunque no les pica ni molesta, lo aplicamos para evitar que pueda infectarse. Una semana más tarde, puede aparecer descamación de los dedos, pero no se trata de algo grave ni debería crear alarma alguna en los padres”.

“Una buena higiene, como lavarse las manos con frecuencia, puede ayudar a prevenir la aparición de esta enfermedad, sin embargo es muy difícil evitar el contagio”, asegura la facultativo de Mediterráneo, aunque concluye que “no hay que preocuparse ni asustarse ante ‘La enfermedad boca, mano, pie´, ya que tras poco más de una semana no quedará ningún síntoma o secuela de esta incomoda enfermedad”